¡Hasta siempre, Abuelo!

Recuerdo que quería pertenecer a ella porque admiraba por encima de todo a una persona, Vicente Aliaga, conocido como el "Bessó". Esta admiración venía de unos años atrás, cuando celebraron por primera vez una capea en la finca Ben Hur.

Recuerdo que, una semana antes a esta capea, el "Bessó" venía a “enllaçar” y colocar los palets para que todo estuviera en perfecto estado y listo para el gran día. Si cierro los ojos, recuerdo salir corriendo de clase para llegar a la finca Ben Hur (que resultaba ser de mis abuelos) para poder estar con el "Bessó" y que me explicara todo lo que estaba haciendo, siempre con su puro en la boca y sin dejar de contarme sus historias. Yo lo miraba admirado por toda la experiencia taurina que llevaba vivida... Me atrevo a decir que fue por él que creció en mí esta afición, y seguro que no seré el único.

Fue en ese momento cuando empecé a llamarle "abuelo". Poco después, una vez los dos inmersos de lleno en esta asociación, nuestro vinculo fue creciendo aún más, cuando recorríamos España de congreso en congreso y pueblo en pueblo. Por aquel entonces yo era el más pequeño y él el más mayor. Siempre quería sentarme a su lado, ya que hacerlo era saber más sobre esta afición y conocer en profundidad la vida del toro.

Siempre ha dejado una gran huella por dónde ha ido, era una persona que se hacía querer y respetar. Como siempre hemos dicho, su “saber estar” era lo que le caracterizaba, una persona de esas que es difícil de encontrar.

Estos últimos años de su vida siguió disfrutando de su pasión, pero de una manera diferente. Con mucho orgullo y paciencia nos enseñó a los jóvenes a embolar y demás cosas relacionadas con el toro. Y el día del festejo disfrutaba viéndonos correr desde la ventana, a pie de calle de nuestra sede, debatiendo con los demás el comportamiento de cada toro y de si estaba “ben embolat”.

Vicente siempre ha realizado esta labor de forma desinteresada, pero, sin duda, se merecía algo especial. Así que, en 2014, desde la asociación Bou i Corda, decidimos hacerle un homenaje. Era una forma de devolverle todo lo que él había hecho por esta asociación (y ya no solo por Bou i Corda, creo que por todo lo que ha hecho en general por el Bou en corda de Ontinyent). Ver su cara de alegría al entrar al restaurante y encontrar más de 200 personas (amigos, familiares, socios, gente de otros pueblos taurinos, banda de música) no tuvo precio.

Hace poco tiempo fui a verlo a su casa y no dudó, como siempre, en encenderse un puro y sacarme una silla para ver fotos y contarme más historias. Nunca pensé que esa sería nuestra última charla. Así que "Bessó", allá donde estés solo puedo darte las gracias por todo. Y ya no sólo por mí, creo que hablo en nombre de toda la asociación.

Cómo ha dicho una persona a la que tengo mucho aprecio: — “ya marcharon todos los clásicos del Bou, así se verá otra época, otro sentir y hacer fiesta.”

¡Hasta siempre "abuelo!