Article d'opinió de ,
El amigo inesperado
Metido en su papel de defensor justiciero de los intereses de los valencianos, Flores se ha convertido en un experto en la autovía central. Su departamento ausculta día a día la marcha de las obras y denuncia con la rapidez del rayo cualquier parón o desajuste de plazos. Es una vigilancia exhaustiva que ha encontrado un verdadero filón en los problemas económicos surgidos en torno al carísimo tramo del Barranc de la Batalla. El conseller de Infraestructuras se ha convertido en un inesperado aliado de los sufridos habitantes de estas comarcas, un paladín insobornable que lucha a brazo partido contra un Gobierno central empeñado castigarnos una vez más.
Hasta aquí, todo perfecto. Sin embargo, conviene tener presente que Mario Flores no es el portavoz parlamentario de un partido de la oposición, sino el máximo responsable de un departamento de un gobierno autonómico. Un departamento con su presupuesto y con su personal, encargado de buena parte de las carreteras y de las comunicaciones de la Comunitat Valenciana. Es precisamente en este punto en donde empieza a chirriar el papel de este belicoso dirigente político.
El balance de Mario Flores en estas comarcas está muy cerca del cero absoluto. A lo largo de los últimos 4 años, su conselleria no ha desarrollado ni un proyecto de envergadura en esta parte de la Comunidad. La carretera Alcoy-Benidorm sigue siendo una promesa electoral, que no ha registrado ningún avance real. Algo parecido la pasa a la nueva vía Muro-Bocairent. En Benimarfull siguen sin variante, soportando un surrealista semáforo en una calleja del pueblo. La autovía l'Olleria-Gandia continúa esperando a que se acabe su tramo final tras más de una década de obras y en Xixona aún suspiran por un desdoblamiento de los accesos a la población.
Con un desparpajo envidiable, el conseller es capaz de compaginar el espíritu reivindicativo con la inoperancia total de un departamento de obras públicas que carece de fondos para desarrollar inversiones. Nos hallamos ante un ejemplo palmario del sistema de funcionamiento del actual Consell: un gobierno que ha abdicado de cualquier intento de gestión y que intenta labrarse un futuro a base de atacar al contrario. Con amigos como éste, a los habitantes de estas comarcas no nos hacen falta enemigos.