La toma de decisiones de la IA: una gran controversia ética 

El futuro de la IA en nuestro presente ya es pasado.

En un mundo prácticamente dominado por la tecnología, la inteligencia artificial está volviendo a generar una revolución como lo fue internet o el móvil. Una revolución que alcanza incluso la forma en que se toman ya decisiones, y está llevando a conseguir grandes avances en muy poco tiempo. 

Hace apenas tres años, la IA era desconocida para la mayoría de las personas. Actualmente estamos viendo a la IA en todos los sectores, desde la medicina o el financiero, ayudando a éstos a acelerar la toma de las decisiones.

Sin embargo, todas las IA están siendo supervisadas por un humano, ya que de momento la IA aun no es capaz de tomar decisiones por sí misma, por eso, y como en toda nueva tecnología, será clave el uso que le demos nosotros.

A diferencia de los humanos, las máquinas no tienen la capacidad de distinguir la ética o la moral de las decisiones. Las IA funcionan con algoritmos y datos, y aunque pueden procesar información mucho más rápido que nosotros, no pueden alcanzar la complejidad de las decisiones en situaciones cotidianas de una persona. Nosotros aun poseemos el mejor ordenador que existe, apoyado por nuestra capacidad cognitiva.

Esto es lo que nos permite afirmar que aún, la IA no está al mismo nivel que nosotros, dado que no es capaz de tomar decisiones reales en cuestión de segundos, con todos los factores que pueden involucrar a una persona en una situación cotidiana.

Un paso más allá será cuando deba tomar decisiones que impliquen dilemas morales, éticos o que haya vidas en juego. ¿Qué pasará si se equivoca por no haber tenido todos los escenarios en cuenta? ¿Qué pasará si tiene que decidir entre una vida u otra?  ¿Y si existen personas que no quieren que una máquina tome una decisión que les afecte? Son situaciones que se han explorado mucho en películas de ciencia ficción, pero que ahora ya las tenemos en nuestro presente.

La IA ya ha empezado a tomar decisiones y aprende continuamente de nosotros. Y es una gran ayuda, como puedo afirmar por el uso que he hecho de ella como estudiante. Pero de momento, la he “usado” yo, pero ¿será la IA capaz de usarnos a nosotros? 

Posiblemente estemos antes una de las mayores revoluciones de la humanidad, pero deberemos aprender de nuestros propios errores para que no se descontrole o incluso sea capar de reemplazarnos. Está en nuestras manos...