Qui no suma se n’ix

La valenciana expresión Qui no suma se n’ix se utiliza para “indicar que todos son iguales o que coinciden en algo, especialmente malo”. La frase tiene su equivalente en castellano: en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Este popular dicho viene pintiparado para describir la última campaña publicitaria de Antonio Francés, quien, después de doce años hablándonos en inglés, coworking, big data, Smart city, next generation, ahora intenta comunicarse con nosotros mediante criptogramas.

La campaña manifiesta, de forma inconscientemente -o no-, lo alejado de la realidad que está el equipo de gobierno municipal después de tres legislaturas en el poder. El lenguaje que utiliza Antonio Francés es tan distinto del que utiliza la calle como diferente es la escenario idílico que dibuja para describir una realidad dura que sufrimos los alcoyanos.

El teatro Principal sigue cerrado mientras él promete un auditorio. Construye un carril bici, del que los ciclistas tendrán que apearse en diferentes tramos si quieren circular por él, aparte de sortear a los pasajeros del autobús. Todo ello sin hablar de los conductores, que al corriente del pago de sus impuestos, sufrirán las consecuencias de esta obra, incluyendo los conductores de ambulancias. Presumen de una Zona de Bajas Emisiones cuando los vecinos sufrimos diariamente el caos en las calles Casa Blanca y Sant Jaume.

Y así, un largísimo etcétera. Francés lleva demasiado tiempo en el poder. No ha solucionado ningún problema importante. Es más, ha creado nuevos y ha situado al Ayuntamiento al borde del colapso económico. Ahora amenaza con continuar. Hasta su campaña 12+1 parece una invocación a la mala suerte. 

Humildemente le sugeriría, por su bien, pero sobre todo por el de Alcoy, que escogiese como eslogan el título de una amable serie de los años 80 (época que se está recordando últimamente con espléndidas fiestas, por cierto): Con ocho basta.