Consejos para divorciarse y empezar de nuevo la vida sentimental
La vida matrimonial puede convertirse en una auténtica odisea que, poco a poco, va minando el bienestar emocional de los cónyuges. No hace mucho, la prioridad era permanecer casados a toda cosa, incluso si eso suponía renunciar a la felicidad. Esta realidad era verdaderamente tóxica, fundamentada más en principios sociales que en el propio cuidado de la salud de los implicados. Por eso, ahora que los divorcios se han naturalizado y ya se presentan como un trámite de lo más habitual, es importante saber cómo proceder con dicha gestión para resolverla lo antes posible. A fin de cuentas, nada debe pesar más que el cuidado psicológico de la pareja, aunque sea por separado.
Contrata a los mejores abogados de familia
El primer paso para separarse y poner fin a la vida matrimonial es, sin duda alguna, la contratación de un buen abogado de familia. Este profesional es el encargado de llevar a cabo todas las gestiones pertinentes que van a resolver el trámite con diligencia, garantizando que los implicados en la ecuación no sufren más de la cuenta en el proceso.
En este orden de ideas, cabe destacar que hay dos vías diferentes para proceder con un divorcio: la amistosa y la contenciosa. Mientras que la primera se resuelve de forma interna y puede concluirse en un margen de tres meses, la segunda supone el paso por los tribunales y se alarga más de un año. Lo cual, evidentemente, repercute en el precio; ya que los divorcios amistosos son verdaderamente baratos, generalmente en torno a los 150€ por cónyuge.
Para lograr alcanzar acuerdos favorables en lo relativo a la liquidación de gananciales, la guarda y custodia de los hijos o el establecimiento de las pensiones, el papel del abogado de familia es esencial. Un profesional que realizará el convenio regulador respetando los márgenes legales y los intereses de la pareja para, de este modo, concluir todo el procedimiento con absoluta rapidez.
No hagas caso a las cuestiones banales
Hay mucha gente que decide permanecer casada por el quebradero de cabeza que tienden a ser los divorcios contenciosos. ¿Para qué separarse a los 50 si ya se ha pasado media vida en el matrimonio? ¡Error! Los divorcios no saben de edades. Si el amor brilla por su ausencia y la felicidad se ha ido difuminando, nunca es demasiado tarde para salir a buscar de nuevo estos valores. Se tengan 50, 60 o 70 años.
Asimismo, otro de los impedimentos que muchas personas suelen sentir a la hora de dar este paso tan importante es la barrera económica. A fin de cuentas, separarse siempre conlleva ciertos gastos que no todo el mundo puede asumir. Sin embargo, en la vía del mutuo acuerdo, el coste es verdaderamente accesible; lo cual simplifica en gran medida las cosas.
No hay que prestar demasiada atención a todas aquellas situaciones que, presumiblemente, se presenten como retos durante un divorcio. Otro ejemplo de ello son los hijos; no obstante, el verdadero perjuicio para los pequeños es ser criados en un ambiente familiar en el que el amor no es el nexo de unión. Ignora todos estos pensamientos y toma la decisión para así recuperar el bienestar emocional que se te había escapado.
Mantén una actitud serena en todo momento
Ahora bien, para que el divorcio de mutuo acuerdo sea realizable, es importante que la pareja mantenga la calma en todo momento. Caer en discusiones absurdas y faltas de respeto o buscar hacer daño a la otra persona en lo que respecta a las condiciones del divorcio no tiene sentido alguno. No hay que dejarse llevar por los rencores: estas separaciones son algo natural y toca asumirlo cuanto antes.
De este modo, se creará un entorno sano en el que negociar para que el abogado de familia lleve a cabo todas sus labores correspondientes. Porque son valores esenciales el entendimiento, el cariño y el agradecimiento por el tiempo compartido y no hay que pasarlos por alto en ningún momento. De lo contrario, lo más probable es que todo acabe en la vía contenciosa y ninguno de los implicados sale beneficiado si esto sucede.