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Nuevas formas de viviendas sostenibles

La nueva arquitectura apuesta por reciclar materiales, también muchos elementos prefabricados para darles una segunda vida y materiales que, en sí mismos, no se identifican con la construcción

La arquitectura es una ciencia viva, en constante cambio y, sobre todo, observadora del entorno, pues, un buen profesional de este campo sabrá utilizar y reutilizar aquellos elementos que teniendo cerca den garantías de habitabilidad de un espacio. A eso, normalmente, se le llama optimizar recursos. ¿Qué se suele conseguir? En esencia tres cuestiones, por un lado, abaratar costes, ya que no hay que desplazar los elementos. Por otro lado, garantizarse la existencia de material, algo que es esencial, máxime cuando este es escaso o no se cuenta a una corta distancia, y, en tercer lugar, se consigue una mímesis y una estática adecuada al entorno. 

 

Sin embargo, la arquitectura y las ingenierías que estudian los materiales han ido un paso más allá y han incorporado entre sus materias primas elementos que, en principio, no estaban concebidos para ese campo de la ciencia y que, sin embargo, con imaginación, una dosis de creatividad y una apuesta por la adecuación han sabido sortear escollos que dan como resultado viviendas completamente funcionales, muchísimo más baratas y que, además, cumplen, perfectamente con todas las normativas de la edificabilidad. 

 

Entre los ejemplos más comunes en esta materia nos encontramos con las llamadas casas container, pero ¿en qué consisten este tipo de viviendas? En esencia son casas fabricadas con diferentes módulos adaptados cuya estructura utilizada son los típicos containers de transporte marítimo. Pero, ¿cómo es posible? Sin duda, estos contenedores están fabricados de un material resistente, por eso, por el hecho de que tienen que proteger lo que hay en su interior los arquitectos, con un tratamiento adecuado y un aislamiento y acabados idóneos, han conseguido que se conviertan en estancias habitables. 

 

Ventajas de construir una casa con módulos containers

 

Sin duda, la principal es que es mucho más económico, al no tener que hacer unos cimientos previos, un armazón de vivienda convencional, ni hacer gasto en materiales costosos de construcción. Por otro lado, se está contribuyendo a la sostenibilidad, al reciclaje de grandes estructuras que de otro modo acabarían contaminando el medio ambiente y que, así, se le da una segunda vida mucho más atractiva y necesaria. 

 

Gracias a su versatilidad los modelos de esas viviendas son prediseñados y se pueden disponer las estancias a gusto de los clientes. Para ello, el trabajo de los diseñadores de interiores y de los arquitectos será dibujar los planos acordes a la necesidad de cada cliente. Son casas muy ecológicas y también muy resistentes, como se ha dicho, los containers marítimos en su concepción propia se hacen con gran resistencia ambiental y también estructural. 

 

Otra gran ventaja es que estos módulos se adaptan a todo tipo de suelos y terrenos, incluso los que están en pendiente. Por eso, solo hace falta una buena planificación de la base y proceder a su montaje será igual de fácil. 

 

Lo bueno es que en el precio final está incluido todo, el diseño, el tratamiento del container y también la colocación y fijación de los mismos. Ese trabajo integral, realizado por el mismo equipo, garantiza al cliente que se hace bajo los parámetros adecuados y contando, en todo momento, con la máxima profesionalidad. Las casas pueden ser de dos, tres o cuatro habitaciones, todo dependerá de las necesidades y preferencias del cliente, porque lo que está claro es que la vivienda tiene que cumplir, específicamente, sus expectativas y esa es la premisa de la empresa. 

 

Para finalizar, destacar que gracias a estos módulos se abaratan y mucho los modelos de construcción, son mucho más ventajosos económicamente hablando y, por supuesto, los tiempos de construcción son menores, en cuestión de seis meses es posible tener la vivienda a punto y comenzar a habitarla. Ventajas, por supuesto, que son difíciles de rechazar y una forma de tener una vivienda propia, con todas las comodidades y funcionalidades, pero respetando el medio ambiente y dando una segunda oportunidad a materiales que no pierden su capacidad de servicio.