Deshidratador de alimentos: características y beneficios
Deshidratar los alimentos siempre ha sido una de las maneras más prácticas y sencillas de preservarlos durante más tiempo sin que pierdan sus propiedades nutricionales más importantes. El deshidratador de alimentos hace que todo sea aún más fácil.
Un deshidratador de alimentos es un electrodoméstico moderno y muy popular que lleva la posibilidad de deshidratar todo tipo de alimentos a un nuevo nivel. Gracias a sus funciones, lo que se busca es eliminar la totalidad de la humedad del alimento, prolongando así su vida útil y sus propiedades nutricionales, pero además, permitiendo crear recetas como snacks o conservas.
Funcionamiento de un deshidratador
La humedad o el agua presente en los alimentos es lo que hace que se deterioren más rápidamente en una gran mayoría de casos. Por eso, cuando un deshidratador entra en funcionamiento, lo que hace es extraer esa agua y eliminar la humedad, por lo que se inhibe el crecimiento de bacterias y moho, haciendo que los alimentos duren mucho más tiempo.
Un deshidratador funciona mediante un sistema de circulación de aire caliente que extrae la humedad de los alimentos de manera gradual. Los componentes principales incluyen:
-
Las bandejas, que es donde se colocarán los alimentos a deshidratar.
-
El elemento calefactor, que genera el calor necesario para evaporar el agua.
-
Ventilador, que se encarga de distribuir el aire caliente de forma uniforme entre todas las bandejas.
-
Termostato y temporizador, encargados de controlar la temperatura y el tiempo de funcionamiento del aparato, respectivamente.
Visto así, un deshidratador de alimentos es un electrodoméstico que se parece y mucho a un horno eléctrico, con la diferencia de que está preparado para la deshidratación, tanto por la potencia de calor generada como por la distribución interna de las bandejas y de las corrientes de aire caliente.
Factores a considerar al elegir un deshidratador
-
Capacidad: casi siempre se va a medir en número de bandejas. Aunque claro, sus medidas también serán un buen punto de referencia. Por lo general, los deshidratadores de alimentos para el hogar suelen tener entre 2 y 4 bandejas.
-
Control de temperatura y tiempo: algunos tienen termostato, pero no temporizador. Otros tienen ambas funciones y decenas de opciones adicionales. Es un tema de seguridad y practicidad, además de versatilidad al adaptar en un solo botón el calor y el tiempo al tipo de alimento a deshidratar.
-
Eficiencia energética: al igual que otros electrodomésticos de funcionamiento similar, la eficiencia energética es un factor fundamental para ahorrar dinero en todos los frentes.
-
Materiales: siempre hay que preferir los de acero inoxidable, aunque quizá tengan un precio más elevado. Su vida útil será más larga, además de que pueden soportar más cantidad de trabajo en menos tiempo sin sufrir desgastes.
-
Facilidad de limpieza: es indispensable que sea fácil de limpiar. Los mejores deshidratadores pueden prácticamente desarmarse por completo, para que la limpieza sea muy fácil de hacer.
Tipos de control de temperatura
Actualmente, los nuevos deshidratadores de alimentos suelen tener un control digital, es decir, una pantalla LCD con estatus y botones para controlar la temperatura, el tiempo e incluso programas predefinidos para cada tipo de alimento.
Sin embargo, aún se encuentran en el mercado los analógicos de perillas o botones.
Beneficios de usar un deshidratador
-
Conservación de alimentos: sobre todo de frutas, verduras, hierbas y carnes sin que pierdan ninguna de sus propiedades nutricionales. Eso se traduce en ahorro, pero también en salud.
-
Snacks saludables: preparar frutos deshidratados, frutos secos en casa y otras tantas opciones es posible, sin tener que utilizar azúcares ni demás opciones de conservantes para que los alimentos estén siempre en buen estado.
-
Versatilidad: dependiendo de las capacidades, del tamaño de las bandejas y de la potencia, es posible deshidratar prácticamente cualquier alimento.
Hay muchas marcas conocidas en el mercado, como Ninja, que son hoy un estándar de la industria cuando se trata de electrodomésticos como estos. Por eso, son una opción confiable siempre y cuando se adapten al presupuesto y al perfil de usuario en cuanto a su utilización dentro de las dinámicas diarias.